Turquía siempre ha sido famosa por su increíble cultura turca de té. ¿Sabías que junto con las bebidas mismas, la preparación y el consumo de té y café son una parte integral de la cultura y la vida cotidiana de Turquía?
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Cultura turca de té: té “Çay”
No solo los británicos son famosos por su té. Turquía tiene una cultura del té, o ‘çay’ (CHAI ‘) propia que está impregnada de cientos de años de tradición.
Para empezar, Turquía se encuentra entre los cinco principales países productores de té del mundo, produciendo alrededor del seis al diez por ciento del té que se consume en el mundo. La mayor parte de esto se consume a nivel nacional.
La región de cultivo de té de Turquía se extiende a lo largo de la costa norte del Mar Negro, desde la frontera georgiana hasta la ciudad de Rize, al oeste.
En Turquía, el té se consume todo el día comenzando con el desayuno y continuando hasta la hora de acostarse. Ofrecer té y beber té juntos es un gesto de amistad.
El «Teatime» es generalmente entre las tres y cinco de la tarde, donde se sirve té junto con deliciosas galletas dulces, saladas y pasteles. Pero beber té no se limita a estas pocas horas.
En cada hogar y lugar de trabajo, siempre se preparará una taza de té y estará listo para beber u ofrecer a los invitados. La ley exige que los lugares de trabajo permitan al menos dos pausas para el té dentro de la jornada laboral. Ofrecer un vaso de té a un recién llegado o invitado es habitual, y el rechazo es inaudito.
Cultura turca de té: Jardines de té turcos
Si viajas por Turquía como turista o eres uno de los lugareños, no hay nada como leer el periódico de la mañana o tu libro favorito bajo un enrejado cubierto de enredaderas y beber una taza de té caliente. Te has encontrado en un «jardín de té».
Los jardines de té son lugares sencillos y tranquilos donde los viejos amigos se encuentran, los jóvenes discrepan y muchos juegos de backgammon se juegan acompañados de una taza tras otra de té o café turco.
Hay encantadores jardines de té a lo largo del Bósforo, en las estrechas y sinuosas callejuelas de la antigua Estambul y en las ciudades turísticas del Egeo.
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Historia de la cultura turca de té
No sabemos exactamente cuándo y cómo la humanidad comenzó a beber té. El primer registro del uso del té como bebida proviene de China desde el siglo X aC. Pero solo desde 1589, los europeos conocieron el té cuando un autor veneciano atribuye la larga vida de los asiáticos al consume del té.
En el siglo XVI, los comerciantes portugueses importaron té y se puso de moda en los 
círculos aristocráticos y en las cortes reales. En Gran Bretaña, el té llegó a ser tan elegante que a finales de este siglo disminuyó el consumo de alcohol. El comercio chino de té con las naciones occidentales se extendió y la industria del té comenzó a aparecer en Europa y América.
Sorprendentemente, en comparación con miles de años de historia del té, el té turco es relativamente joven. Algunas fuentes mencionan que los turcos intercambiaron y consumieron té tan pronto como 400 a. C., pero es cierto que el té solo se volvió común en Turquía desde 1900 en adelante.
El primer intento de cultivar té en suelo turco tuvo lugar en Bursa entre 1888 y 1892. No tuvo mucho éxito ya que esta parte del país es ecológicamente inadecuada para el cultivo del té.
En 1924, el parlamento aprobó una ley sobre el cultivo de té en el este de la región del Mar Negro. A fines de la década de 1930, se importaron 70 toneladas de semillas de té negro de Georgia con el fin de crear viveros en la región.
En 1940, una ley adicional que apoyaba a los agricultores y protegía sus derechos impulsó el cultivo de té en la región. Hoy en día, se utilizan 767 millones de m² de tierra para cultivar té, y es la segunda bebida turca más consumida, después del agua.
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