El té azul es un tipo de té Oolong que se consigue deteniendo el proceso entre el té verde y el té negro. Este té no es tan conocido por lo que se toma casi exclusivamente en el sureste de China. El sabor del té azul está entre el gusto dulce del té verde y el amargo del té negro. Es muy beneficioso durante la digestión y se le atribuye el poder de disolver las grasas, también contiene poca teína, muchas vitaminas y minerales. Además, se le atribuyen propiedades tónicas, laxantes y es un buen fijador de calcio en los huesos por ser rico en calcio, hierro, yodo y magnesio.
¿De dónde viene el “príncipe azul”?
El té azul es conocido también como té oolong, tanscrito en chino como Wūlóngchá y es natural de China, específicamente de las montañas de Wuyi en el norte de la provincia de Fujian. Esta provincia es la mas cercana a Taiwan, este es el motivo de la cercana relación de la isla con el Oolong.
Como sabemos, el té es una parte vital de la cultura china. Se cree que el Oolong fue creado en el año 1644 para evitar un grupo de prohibiciones creadas por la dinastía Ming, cercanas al 1392. Hacia este año el gobierno impuso fuertes restricciones sobre la corrupta industria de los bloques de té, esta era muy poderosa porque eran bienes muy valiosos y moneda de cambio. Comprar té era considerado hacer una inversión. Con el tiempo y por culpa de dichas restricciones, estas técnicas originales se perdieron y están aún por ser recuperadas.
China no podía vivir sin té. Este acumulo de motivos impulso el desarrollo de una nueva industria del té. Donde nuevas técnicas para oxidar y tostar el té al carbón originaron el nacimiento del fantástico té Oolong.
El significado literal de Wūlóng es dragón negro y con el tiempo, han surgido muchas leyendas que tratan de explicar este nombre. Estas van cesde que un productor vio una larga serpiente negra entre sus plantas de té o que el maestro encargado del procesado se durmió mientras tostaba el té quedando éste más oscuro de lo normal. Sin importar como hubiese sido, lo más probable es que el parecido de este con el té negro y el cuerpo sinuoso del dragón mitológico chino, es el que le da su original nombre.
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El té azul es considerado el vino entre los tés.
Tras popularizarse el té azul, este se extendió a nuevas regiones con diferentes tipos de suelo y climas, pero siempre se conservo el oxidado y el tostado como seña característica.
Por el año 1810, el té azul cruza el mar que separa la provincia de Fujian de Taiwán para asentarse en la isla. En la actualidad, Taiwán y China son el estandarte del Oolong. Taiwán sigue aportando múltiples innovaciones y tipos propios de té Oolong muy cotizados, haciendo que esta isla no tenga nada que envidiarle a su hermana mayor.
Todos los tés provienen de la misma planta, Camellia sinensis, pero hay diferentes variedades. Por ejemplo, los tés blanco y verde se encuentran en un estado muy próximo al natural y salvaje de la planta. Esto hace que sean fabulosos y refrescantes pero reducen, en gran parte, el margen de maniobra de los artesanos que los producen. La calidad de estos tés se define más por el cultivo que por el procesado.
¿Vale la pena probarlo?
Hay personas que pueden decir, “prefiero los verdes porque están menos procesados y son mejores para la salud”. Esto no es cierto. Todos los tés llevan un procesado y el delicioso té azul sigue un proceso natural 100%, al no utilizarse químicos ni añadidos. Los tés azules consiguen su sabor profundo y complejo al ser hechos con cariño por un maestro que heredó generaciones de conocimiento. Estos conservan todos los beneficios para la salud de los mejores tés verdes, blancos, negros y rojos. Que no te engañen.
Elige tu té en base a las sensaciones que te produzca su sabor, que quieras despertarte o relajarte. Bebemos té porque es una experiencia, beber un buen té azul es un verdadero placer. Disfrutar del té debería ser tu primer motivo para beberlo.