
Después de un día de playa o cuando el calor aprieta, lo que más apetece es algo ligero que te refresque y te alegre la tarde.
Hoy te traemos una idea sencilla y deliciosa: un té blanco con piña suave y dulce, junto a una tabla de quesos fresquitos.
El protagonista: té blanco con piña
Además de ser ligero y con un toque tropical, este té es un aliado para tu piel gracias a sus antioxidantes, ayuda a mejorar la digestión y es perfecto para mantenerte hidratado y con energía sin sentirte pesado.
El maridaje ideal
Queso feta, queso de cabra cremoso y mozzarella con un chorrito de miel y unas hojas de menta fresca. Para completar, unas uvas y rodajas de pera que aportan un toque jugoso y natural.
¿Por qué funciona?
Porque el té fresquito y dulce le pone calma a los quesos cremosos y con personalidad, y la fruta entra para darle ese toque jugoso que hace que todo encaje a la perfección.
¿Te animas a probarlo?