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Gestiono parte de la comunicación de Teterum y tengo autismo.

por Publicaciones Teterum en Feb 09, 2018

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Gestiono parte de la comunicación de Teterum y tengo autismo.

Si nos dejamos guiar por los tópicos esto parece una pura contradicción ¿Verdad? ¿Cómo vas a gestionar nada si tienes autismo? ¡Los autistas no se comunican! Pues para desterrar autismo-teterumese mito y para comunicar he venido. Pero empecemos por el principio.

Soy Mariano Seixo, tengo 42 años y me voy a encargar de comunicar en las redes sociales lo que hace Teterum. Soy consultor informático, trabajo en Madrid donde llegué hace unos años desde Galicia. Disfruto paseando con mi perro Woody. Me gusta mucho leer. Pero también los datos, la informática, las motos, la mecánica y la fotografía.

Las motos, las fotos.

Las motos. Me encantan las motos. Siempre me ha gustado ver cómo funcionan las cosas. De pequeño intentaba imaginarme qué mecanismos empujaban a los coches o a las motos. Hasta los nueve años, debido a mi precario equilibrio –por mi psicomotricidad reducida, en mi caso por el autismo- no fui capaz de mantener el equilibrio en una bicicleta, pero hoy en día puedo conducir cualquier moto. No he podido ir contra natura y tener una buena psicomotridad, simplemente como en tantas cosas, realizo las cosas de otro modo para intentar llegar al mismo sitio.

Las fotos, escribir, crear.

El último proyecto de fotografía que he realizado ha sido “Luchadoras”, con retratos de madres y padres de personas con autismo. Tengo prosopagnosia, no reconozco las caras, pero he realizado un proyecto de retrato. Caras de personas. Otra paradoja. Y la persona con discapacidad no es la retratada, es la que retrata. Y se ven las personas más invisibles. Los familiares de las personas con discapacidad. Son parte de la sociedad, y quería darle visibilidad. Visibilizar el autismo.

Escribo un blog personal sobre lo que es ser un adulto con autismo, se llama Hipersintiendo, porque lejos de los tópicos, una de las mayores dificultades que encontramos las personas con autismo no es que no sintamos, sino que por el contrario sentimos mucho, en todos los sentidos, pero desde fuera la sociedad no siempre es consciente, al punto que la palabra autista en español, viene erróneamente recogida en el diccionario como el de una persona que no siente, cuando alguien autista es alguien que percibe intensamente, que siente intensamente. Alguien responsable y que no entiende la vida con dobles sentidos. ¿Es eso negativo? Si en lugar de un apelativo positivo se ha convertido en un insulto, todavía queda trabajo por hacer.

Poco a poco, sin embargo, el termino autista, se va entendiendo literalmente como lo que es, y hay personas que hablan abiertamente sobre su autismo (desde Daryl Hannah, Nina Marker o Temple Grandin) y así todos nos entendemos mejor.

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Yo defino a mi autismo

Pero, aunque importante, es sólo una parte de mí. El autismo no me define a mí, soy yo quien define a mi autismo.

Pienso en imágenes, hasta cuando escribo como ahora, o cuando hablo, o cuando escucho o leo. Siempre me ha encantado a leer, porque era y sigue siendo un modo estupendo de crear imágenes mentales. Me gusta percibir olores y texturas.

La misma percepción sensorial que hace que pasase años sin poder ir al médico, no por miedo sino porque en un centro de salud me saturo sensorialmente con sus sonidos y olores y encuentro todo ilógico (en unas consultas tienes que esperar, en otras llamar a la puerta) hace que pueda ir en moto percibiendo la textura y agarre del asfalto sólo escuchando el sonido de las ruedas al rodar. Puedo conducir cualquier moto, y muchas personas dirían que entonces no necesito ningún soporte para ir al médico. Pero si no hay un protocolo establecido desde para todo el proceso y adaptado a mis capacidades y limitaciones, no puedo ir.

El té y Teterum

Todos los tés me gustan, pero cada uno tiene su historia conmigo.

Me encanta el café. Si querías leer algo sobre té, no te asustes, espera, sigue leyendo. He dicho que me encanta el café. Y me encanta el té. A veces si me preguntan si me gusta el té no digo nada, por la misma razón que tampoco lo digo si me preguntan si me gusta el café ¡Hay tantos! Mi mente piensa en un té concreto, en un coche concreto, en un libro concreto. Me gusta leer, pero no me gustan todos los libros, ni todos los autores. No es por ponerme sibarita. Supongo que mi literalidad hace que piense.” Vale, ¿Qué té?” Hay cafés que tomo más y otros que tomo menos. Pero, sin restar mérito a todas las variedades del café, en el té es alucinante la diversidad de sensaciones que abarca.

Voy a centrarme en uno, que suelo tomar poco, pero intensamente (no tiene teína, pero tiene un sabor muy peculiar). El té de Kukicha de tres años. Podemos decir que es un arbusto. Lo tomé por primera vez en septiembre de 1998, y me llevó mucho tiempo conseguirlo. Vivía entonces en Santiago de Compostela (si te gustan los viajes: el “Códex Calixtinus”, que recogía una especie de guía sobre el camino de Santiago, es considerada como la primera “guía de viaje” de occidente) donde estudiaba fotografía, y cuando realizaba mi proyecto fin de carrera (realizando fotografía de paisaje de la costa gallega), cuando venía de mis viajes y revelaba los negativos (¿de verdad han pasado 20 años y hacía fotos en negativos de blanco y negro?) tomaba mi té Kukicha y reflexionaba sobre cuál de ellos se correspondía más a la imagen mental que tenía antes de darle al disparador. Sorbo a sorbo, el sabor (¿Cómo definirlo con palabras?) del Kukicha me ayudaba a transportarme al momento en el cual había tomado las fotografías. Y me ayudaba a tomar decisiones sobre la toma más acertada. Hoy todo esto parece una deliciosa era romántica pre Instagram, pero el té Kukicha sigue ahí, permitiéndome esos momentos de reflexión sobre el momento fotográfico, hoy mientras miramos la pantalla de nuestro dispositivo.

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Y este soy yo, como mis capacidades y limitaciones.

Espero poder ayudar a comunicar los productos y sobre todo los valores de Teterum. Hace años que me pregunto por qué no hay empresas así, y Teterum forma parte de un futuro, ya real, en el que todos más allá de nuestra diversidad funcional formamos parte de un equipo y se reconoce nuestra tarea. Puede que seas cliente o no de Teterum, pero hoy puedes leerme no solo por la voluntad de salir delante de todo el equipo de Teterum, sino por todas las personas que han confiado en Teterum. Personas que apoyan a personas que creen en personas. Y eso es lo que he venido a decirte: gracias por leer mi punto de vista y por tener en cuenta a Teterum. Haciéndolo ya formas parte de un equipo que no sólo ofrece té, sino dignidad a todos.