El Rooibos no solo es una infusión muy saludable por estar exenta de cafeína, ayudar a perder peso y mejorar el proceso digestivo, sino que también es una de las estrellas del verano porque con él se pueden preparar numerosas recetas de té frío. Es el caso de estas dos, que le dedicamos a Jéssica, una de las suscriptoras de Teterum que más disfrutan con esta infusión. ¡Va por ti, Jéssica!
Té frío Rooibos goes cítrico
Los ingredientes de este té frío son pocos, pero con mucha personalidad. Para un litro de agua, utilizaremos entre 20 y 25 gramos de infusión Rooibos. El sabor veraniego lo conseguiremos con piña azucarada (es decir, piña y azúcar, cuya mezcla se puede realizar previamente) y frambuesa. Para completar, no puede faltar la limonaria, el hibisco, el aroma natural y los pétalos de girasol.
La preparación es muy sencilla: hervimos el litro de agua a 100ºC e infusionamos el Rooibos durante 7-10 minutos. Como siempre hacemos con el té frío, lo dejamos reposar hasta alcanzar temperatura ambiente, lo metemos a la nevera y después añadimos la fruta y los hielos.
Té frío con Rooibos verde
Para esta receta de té frío necesitaremos un ingrediente muy especial: el Rooibos verde. Además, también necesitaremos Rooibos normal y otros compañeros que siempre complementan muy bien a este tipo de infusión: limonaria, cáscaras de naranja, pétalos de aciano y aroma natural.
Las cantidades y el tiempo para infusionar varían respecto a la anterior receta. Aquí cargaremos en el filtro entre 15 y 20 gramos de infusión a granel para un litro de agua. Cuando haya hervido a 100ºC, lo dejaremos infusionar durante un máximo de 12 minutos. Los pasos finales sí son similares: dejar reposar hasta alcanzar temperatura ambiente, introducir en la nevera un par de horas y añadir el hielo y la fruta, en este caso las cáscaras de naranja. Recordad que podéis añadir azúcar al gusto mientras reposa para que se disuelva mejor en la bebida.
¿Te gusta el Rooibos? ¡Cuéntanos cuales son tus sabores preferidos!