El té frío es una de las mejores alternativas a los refrescos con gas: no solo tienen la misma capacidad para saciar nuestra sed sino que también nos aportan un gran número de beneficios para la salud. Y cómo no, representan un estilo de vida más relajado y tranquilo, que tanta falta nos hace en nuestro día a día.
Pero, ¿sabes realmente preparar un té frío? Aquí te damos las 6 reglas básicas para dar en el clavo.
1.- No te quedes corto de té
Uno de los grandes problemas al servir té frío es que se suele quedar soso, pues las temperaturas bajas hacen que los sabores se aprecien menos. Echa un par de cucharadas grandes de té a granel por cada tres tazas de té.
2.- No lo remojes demasiado
Para lograr un sabor más poderoso, es preferible echar más cantidad de té que dejarlo remojar más de la cuenta. Si lo remojas demasiado, te arriesgas a que tu té frío quede amargo.
3.- Si usas azúcar, hazlo en caliente
Si quieres endulzar tu té frío con azúcar, hazlo cuando aún esté caliente. De lo contrario, los granos del azúcar no se disolverán, se quedarán en el fondo del vaso y no habrán endulzado tu té lo suficiente. También puedes echar algún tipo de sirope para que cada persona se lo endulce al gusto.
4.- Deja enfriar el té antes de refrigerarlo
Para refrigerar tu té, antes debes dejarlo enfriar de manera natural para evitar que se nuble.
5.- Si usas limón, que sea natural
Si quieres darle ese toque especial de limón, no utilices preparados artificiales: corta medio limón y exprímelo directamente a tu té frío. ¡Verás la diferencia!
6.- Haz la cantidad justa
Tú té frío tendrá un gusto más fresco si se ha hecho recientemente. Por tanto, prepara la cantidad que vayas a beber en dos o tres días para que mantenga todas sus propiedades.
No todos los tés son aptos para hacer en frío. Aquí te recomendamos algunos: "Cava entre 2", "En tu Terraza" y "Melón melón".
¿Cuál es tu té favorito para hacer té frío?
